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La cirugía fue exitosa, o eso creíamos. Sin embargo, unos días después, los resultados de la patología nos entregaron la noticia más devastadora: la masa era maligna. Era cáncer. Arianna comenzó el tratamiento de quimioterapia, pasando por seis sesiones agotadoras. Después de eso, la dieron de alta, pero lamentablemente, no le hicieron un seguimiento adecuado para evaluar su otro ojo.
Todo comenzó cuando Arianna tenía tan solo 1 año. Notamos que uno de sus ojitos estaba enrojecido y tenía una extraña mancha blanca en la pupila. Preocupados, la llevamos al pediatra, quien de inmediato supo que algo no estaba bien. Nos enviaron a un oftalmólogo y luego a un hospital, donde le diagnosticaron una masa grande en el ojo. Esta masa estaba empujando su ojo hacia afuera, por lo que tuvieron que realizar una cirugía de emergencia para extirparla.
Tres años después, el cáncer regresó en el otro ojo de Arianna. Esta vez, los médicos nos dijeron que la masa era demasiado grande y que no podían hacer nada por ella. Fue un golpe muy duro para nuestra familia, pero no nos dimos por vencidos. Nos recomendaron viajar a los Estados Unidos, específicamente a un hospital en Connecticut.
Allí, hicieron todo lo posible por salvar la vida de Arianna. Recibió más tratamientos de quimioterapia, pero lamentablemente, sufrió daño auditivo. Su tímpano estaba destrozado y comenzó a tener infecciones en los oídos. A pesar de eso, nunca perdimos la esperanza.
Finalmente, llegamos al Hospital Infantil Nemours en Florida, donde encontramos a nuestro ángel guardián, el Dr. Pritchett, un Otorrinolaringólogo Pediátrico. Ha hecho todo lo que está en su poder para ayudar a Arianna. El equipo médico, incluyendo Chelsea Clancy, la Audiologa Pediátrica, y las enfermeras, siempre han estado a nuestro lado, en cada paso del camino. Siempre estuvieron dispuestos a ayudar con la traducción y a brindar apoyo.
Arianna ha sido paciente en el Hospital Infantil Nemours desde 2016. A lo largo de los años, el Dr. Pritchett realizó varias cirugías para abordar estos desafíos. Reparó el agujero en su tímpano y colocó un implante auditivo. Más tarde, reemplazó el implante auditivo por uno más sofisticado y mejorado. Arianna visitó recientemente al Dr. Pritchett, y el resultado fue nada menos que conmovedor. Estaba llena de sonrisas, llena de una satisfacción inmensa por sus oídos y su mejor audición, e incluso está trabajando activamente hacia sus metas.
Después de una larga y difícil batalla, Arianna, ahora con 16 años, siente como si estuviera comenzando a vivir de nuevo. A pesar de los obstáculos y los momentos oscuros, ella está aquí, compartiendo su historia de esperanza y superación. La batalla ha sido dura, pero Arianna nunca perdió la fe ni la sonrisa en su rostro.
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